miércoles, junio 28, 2006

El rincón de las letras vivas: La parentela



La parentela

Somos familia de todo lo que brota crece, madura, se cansa, muere y renace. Cada niño tiene muchos padres, tíos, hermanos, abuelos. Abuelos son los muertos y los cerros. Hijos de la tierra y del sol, regados por las lluvias hembras y las lluvias macho, somos todos parientes de las semillas, de los maices, de los ríos y de los zorros que aúllan anunciando como viene el año. Las piedras son parientes de las culebras y de las lagartijas. El maíz y el frijol, hermanos entre si, crecen juntos sin pegarse. Las papas son hijas y madres de quien las planta porque quien crea es creado.

Todo es sagrado, y nosotros también. A veces nosotros somos dioses y los dioses son, a veces, personitas nomás. Así dicen, así saben, los indígenas de los Andes.

Eduardo Galeano - Patas para arriba.

martes, junio 27, 2006

Oculta tras el nombre de tu calle: Manuela Saenz


Manuela Sáenz: fue la expresión de la osadía y la manifestación más consciente del sentido de autoestima de las féminas, muchas silenciadas al narrarse aquellos días fundacionales, pero presentes no sólo en el ámbito afectivo, dentro del monto de aquellas largas y cruentas jornadas políticas, sociales y militares.

Reconocida por el propio Bolívar como su compañera, desde la relación íntima y la identificación de ideales, Manuelita, quien había nacido de padre español y conservador, legitimista, y de una quiteña igualmente ansiosa de rebeldía y sentido de pertenencia, en la juventud asumió como suya la ideología del movimiento independentista.

Mientras todas la jovenes se educaban para casarse, Manuela a los 12 años se pliega a las fuerzas revolucionarias emancipadoras que iniciaron la revuelta en Quito, el 9 de agosto de 1809.

Tanto Manuela como su madre hicieron suyos esos ideales, y se enfrentaron a la actitud paterna. Por abrigar tales ideas, la muchacha fue internada en el convento de Santa Catalina, y en su clausura aprendió a leer, a escribir y además de los rezos, a pensar.

Con sólo 20 años fue casada con el comerciante inglés Jaime Thorne, hombre mucho mayor que ella y con tal unión que le dio ciertos márgenes de independencia, más que en su propio hogar, se trasladó a Lima.

En esa ciudad no reinaban los ideólogos de la revolución sino el lastre del colonialismo, enquistado en esa urbe que sería uno de los bastiones, hasta el final de la contienda y la batalla de Ayacucho, de las ideas más retrógradas.

Primero, durante la campaña peruana del general José de San Martín y en calidad de miembro activo de la conspiración contra el virrey José de la Serna e Hinojosa, y al declararse la independencia del Perú, prestaría Manuela Sáenz valiosos servicios a la causa independentista. Esto le merecería, en 1822, la orden del Sol; en la inscripción que ostenta la condecoración se resumen los valores de aquella sudamericana: “Al patriotismo de las más sensibles”.

Posteriormente, y separada de su esposo, de visita en su natal Quito, se produce el encuentro de Manuela con Bolívar, cuando el Libertador emergió en el panorama como la máxima esperanza de los revolucionarios del continente e hizo su entrada en aquella ciudad ecuatoriana el 16 de junio de 1822.

Así, ella se uniría a los ejércitos bolivarianos e, incluso, alcanzaría el grado de “coronel”, según se afirma, y se le ve a caballo y sable en mano, en medio del motín que se produce en Quito.

Cuando el Libertador partió hacia el Perú, Manuela se le reuniría también, y su figura estaría presente en todo aquel complejísimo proceso político y militar, tanto en Lima como en Trujillo.

El profuso intercambio epistolar avala la fluidez de la relación de los amantes, en un contexto donde imperaba, a pesar de las batallas revolucionarias que se producían, los códigos éticos de una sociedad patriarcal, donde mujeres como Manuela Sáenz resultaban verdaderamente transgresoras.

En el palacio de la Magdalena, cerca de Lima, cohabitaría con Bolívar, y luego de la salida del general venezolano, en septiembre de 1826, ella permanecería en un medio que, como el limeño, le resultará hostil y en el que, finalmente, siempre en defensa del ideario bolivariano, enfrentará a la reacción, hasta ser apresada y enviada posteriormente al destierro, en 1827.

Primero se instalaría la heroína en su natal Quito y luego en Bogotá, en 1828, para después reencontrarse con Bolívar, y enfrentar ambos las intrigas y el tejido de la traición contra el Libertador, hasta producirse el célebre episodio de los conjurados.

El 25 de septiembre de 1828 intentarían asesinarlo, lo cual dio protagonismo para siempre a Manuelita Sáenz, cuando hizo huir a Bolívar por una ventana del palacio de Gobierno. Después vendrían días aciagos para ella al conocer, en Guadas, tierras neogranadinas, en 1830, de la muerte de Bolívar,tanto así que intentaría suicidarse, sin embargo se recuperaría y comenzaría la lucha, por medio de la palabra impresa, en defensa de los ideales del gran caraqueño, lo que la llevaría a la expulsión del territorio.

Desde Kingston, la capital de Jamaica, donde residiría todo un año, escribiría al general Juan José Flores, presidente del Ecuador, quien le otorgó un salvoconducto. Pero cuando se produjo el regreso a la tierra natal, no puede entrar a Quito; las credenciales no son válidas ya que el mandatario ha perdido el poder.

Pobre, con sus bienes confiscados en Colombia, se instalaría Manuela Sáenz en Paita, al norte del Perú, donde viviría de un modesto comercio de tabacos.

Y, vencida la salud, bajo la depresión que conlleva tanta miseria e infamia humanas, contrajo difteria, enfermedad que produjo la muerte de esa valerosa mujer, contemporánea nuestra.

Fuente: Mercedes Santos Moray

viernes, junio 23, 2006

El rincón de las letras vivas: Imagina



John Lennon - Imagine (Imagina)

Imagina que no hay paraíso,
Es fácil si lo intentas,
Ningún infierno debajo de nosotros,
Arriba de nosotros, solamente cielo,
Imagina a toda la gente
Viviendo el hoy...

Imagina que no hay países,
No es difícil hacerlo,
Nada por lo que matar o morir,
Ni religiones que profesar,
Imagina a toda la gente
Viviendo la vida en paz

Imagina que no hay posesiones,
Me pregunto si puedes,
Ninguna necesidad de codicia o hambre,
Una hermandad de hombres,
Imagina a toda la gente
Compartiendo el mundo...

Tu puedes decir que soy un soñador,
Pero no soy el único,
Espero que algún día te nos unas,
Y el mundo vivirá como uno solo

Oculta tras el nombre de tu calle: Carola Lorenzini


Carola Lorenzini: Nació el 15 de agosto de 1899 en el entonces Cuartel 8, luego empalme San Vicente y hoy ciudad de Alejandro Korn, provincia de Buenos Aires. Fue la séptima de ocho hermanos, sus padres fueron José Lorenzini y Luisa Piana. Fue la primera mujer que obtuvo el título de instructor de vuelo en América del Sur. Aficionada al deporte practicaba salto, pelota, remo, jabalina y hockey. En el año 1925 fue campeona de atletismo. Fue la primera mujer que manejó un auto en su pueblo. Trabajó como dactilógrafa. En 1933 inició en el Aeroclub de Morón el curso de instrucción, que le acabó sus ahorros, además de tener que vender su bicicleta y un diccionario enciclopédico. Recibió el carnet de piloto de aviador civil internacional nº436. El 31 de marzo de 1935 logró: 5381 me­tros de altura. Quiso ser la primera mujer en cruzar sola el Río de la Plata con su avión, consiguiéndolo el 13 de noviembre en su avión Fleet 51, que no tenía brújula, Carola tuvo que apelar a su intuición para sortear la bruma que había en los terrenos cercanos a Carmelo, donde aterrizó. Ganó va­rias carreras de regularidad y se inscribió en un curso de alta acrobacia. La tarde del 23 de noviembre de 1941, cuando realizaba una maniobra acrobática, la máquina perdió el control y se estrelló contra la tierra. No pudo evitar su trágica muerte, pero había cumplido lo que tantas veces manifestó, no morir carbonizada. La dramática caída se produjo en Morón, el día que realizaba una exhibición de acrobacia en honor de una delegación de aviadoras uruguayas. Eran alrededor de las 16 horas de ese domingo, cuando se elevó en in Focke-Wulf recién preparado (que no era el que tenía asignado), hizo unas pocas maniobras acrobáticas y al entrar en un looping invertido del cual no pudo salir, la máquina fue a caer detrás de los hangares. Sus restos descansan en San Vicente.

lunes, junio 19, 2006

El rincón de las letras vivas!!! Los Nadies


Los nadies

Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.

Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.

Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:

Que no son, aunque sean.

Que no hablan idiomas, sino dialectos.

Que no profesan religiones, sino supersticiones.

Que no hacen arte, sino artesanía.

Que no practican cultura, sino folklore.

Que no son seres humanos, sino recursos humanos.

Que no tienen cara, sino brazos.

Que no tienen nombre, sino número.

Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.

Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.

Eduardo Galeano- El libro de los Abrazos

martes, junio 13, 2006

¿Quien esta oculto tras tu calle? Regina Pacini de Alvear


Regina Pacini de Alvear (1871-1965): Cantante lírica, hija de un barítono y una tenor, con tono de soprano, nacida en Lisboa, quien cantó en cuatro temporadas con Enrique Caruso en Londres, antes de casarse con Alvear.

En 1899, la mujer llegó a Buenos Aires tras cantar en el teatro Solís de Montevideo y aquí se presentó en el viejo teatro de la Opera de Buenos Aires, donde hoy está el cine, y allí conoció al presidente radical.

Máximo Marcelo Torcuato de Alvear se enamoró perdidamente de ella y la persiguió por todo el mundo, durante ocho años hasta que la vocalista aceptó casarse con él, al parecer, debido a la cantidad de rosas que le mandaba a su camarín tras cada función.

Alvear se gastó en la persecución casi toda la fortuna que heredó de su abuela, pero en Buenos Aires, la oligarquía rechazó a la mujer por ser una artista y se casaron solos, sin un amigo, en el Jockey Club, en 1912.

Después, su marido fue electo diputado y embajador en París hasta que en 1922 lo eligieron presidente, cuando recorría Europa, por lo que el rey de Inglaterra, Jorge V, dijo que "al fin la Argentina va a tener un gran presidente y una gran reina". Como primera dama fundó la Casa del Teatro, por lo que la sala se llama Regina, y tras la Revolución del 30 perdieron toda su fortuna, fueron a vivir a don Torcuato y Alvear murió en el 42. Allí ella comienza su venganza. Primero hizo que un gobierno conservador permitiera que se vele al ex presidente en la Casa Rosada y después le entregó a su mucama la lista de personas que la rechazaron y no les permitió llegar hasta ella para darle el pésame. El rechazo incluyó a su propia cuñada, María Unzué de Alvear quien no la recibió nunca y murió poco después que el ex presidente por el disgusto que le dio.

Ella lo sobrevivió largos años. Se refugió en Villa Elvira. Murió en 1965, a los 95 años. El día 23 de cada mes, Regina iba a la Recoleta y le llevaba a su marido un gran ramo de rosas blancas y rojas. Se sentaba en una sillita en el interior de la bóveda y pasaba largo rato allí. Sus labios se movían, las lágrimas le afloraban a los ojos como si hablara con Marcelo, como si pronunciara palabras de amor

viernes, junio 09, 2006

El rincón de las letras vivas - Media Clase

Media Clase

Deslumbrar a unos tantos

Para descarrillar a unos muchos...

Vacíos y vaciados de ideas idealistas

Ideológicas

Pero llenos y llenados de alas

Importadas de plástico y níquel,

De clubes de millas frecuentes o de

Paraísos en cuotas.

Vendidos y vendados por brillo

Barato de barrio,

Sin joyas de la abuela ni luchas del

Abuelo.

Ante el espejo esa mueca chueca y

Ante afuera falsa sonrisa hueca

Y todo bien mientras no me toques

Mi kiosco.

Hagan lo que quieran pero déjenme

Comprar en paz, gastar tranquilo y

Tener más.

¿Sabe dónde estaba su hijo

cuando el país remataban?

Esperando las sobras

Que de tanto banquete vomitaban.

Andres Olaizola.

jueves, junio 08, 2006

¿Quien es la persona que esta oculta tras el nombre de tu calle?


Julieta Lanteri nació en Cuneo, Italia, el 22 de marzo de 1873. En 1879 vino a la Argentina. Cursó sus estudios secundarios en el Nacional de La Plata. En tiempos donde no era nada usual que las mujeres se preocuparan por su educación superior, consiguió que la inscribieran en la Facultad de Medicina de Buenos Aires, y hacia 1907 aprobó su tesis de doctorado: sería la sexta médica del país. En 1910 se casó con Alberto Renshaw, un estadounidense criado en España. El matrimonio fue atípico (ella tenía 37 y el 23, siendo muy raro que esas diferencias de edad se dieran a favor de la mujer, menos en la época) y además corto, pues sólo duraría algunos meses. En 1911 obtuvo la carta de ciudadanía argentina y, habiendo visto que ese documento estaba redactado en términos que la hacían titular de todas las prerrogativas propias de tal condición, solicitó ser inscripta al Padrón para las elecciones municipales que se celebrarían ese año en la Capital Federal. El pedido causó perplejidad pero finalmente se le dio curso y en noviembre de ese año sería la primera mujer argentina en votar para una elección. Pero cuando realizó el trámite para integrar el padrón nacional no le bastaría aquella registración. Necesitaba la libreta de enrolamiento, y la conscripción militar sólo la hacían los hombres. El resquicio legal que encontró Lanteri fue el de advertir que, si bien no podría votar, nada le impedía ser candidata. Fue así que se presentó a las elecciones para ser Diputada por la Capital en marzo de 1919. Proponía que la maternidad fuera retribuida por el Estado y que se abolieran la venta de alcohol y la prostitución reglamentada, límite de seis horas para el trabajo femenino y salario igual en tareas equivalentes., la abolición de la pena de muerte, el sufragio universal para los dos sexos. Obtuvo 1.730 votos, algo más del 1 % de los electores que concurrieron a sufragar, ese mismo año de 1919, hacia agosto, Lanteri se presentó en un regimiento y solicitó ser enrolada. A la obvia denegatoria administrativa siguió un largo proceso judicial que la Corte Suprema falló una década después, negándole su pretensión. Julieta Lanteri, obviamente una figura muy conocida en su época y frecuentemente satirizada en “Caras y Caretas”, se presentó varias veces más como candidata en los comicios, la última de ellas en 1930. En febrero de 1932 fue atropellada en la esquina de Diagonal Norte y Suipacha por un automóvil al que no se pudo identificar (un caso de “hit and run”) y murió dos días después por las heridas sufridas.

Fuente, http://saberderecho.blogspot.com (archivo de agosto del 2005)

martes, junio 06, 2006

El rincón de las letras vivas - La Autoridad


LA AUTORIDAD

En épocas remotas, las mujeres se sentaban en la proa de la canoa y los hombres en la popa. Eran las mujeres quienes cazaban y pescaban. Ellas salían de las aldeas y volvían cuando podían o querían. Los hombres montaban las chozas, preparaban la comida, mantenían encendidas las fogatas contra el frío, cuidaban a los hijos y curtían las pieles de abrigo.
Así era la vida entre los indios onas* y los yaganes**, en la Tierra del Fuego, hasta que un día los hombres mataron a todas las mujeres y se pusieron las máscaras que las mujeres habían inventado para darles terror.
Solamente las niñas recién nacidas se salvaron del exterminio. Mientras ellas crecían, los asesinos les decían y les repetían que servir a los hombres era su destino. Ellas lo creyeron. También lo creyeron sus hijas y las hijas de sus hijas.


*onas: primitivos habitantes de la Tierra del Fuego, virtualmente exterminados.
**yaganes: indios de la región de las islas australes de Chile. Actualmente habitan en la isla de Novarino, que forma parte del territorio o provincia de Magallanes.


Eduardo Galeano
"Memorias del Fuego" I - "Los nacimientos"
Editado en 1982"Memoria del Fuego (I)"

viernes, junio 02, 2006

EL RINCÓN DE LAS LETRAS VIVAS



La Ley es la Ley

Los habitantes de la ciudad de México tienen

la más alta concentración de plomo en sangre.

Las indígenas que trabajan en las plantaciones

de Guatemala dan de mamar la leche más intoxicada

del planeta. Los plaguicidas que figuran en la lista negra

de la Organización Mundial de la Salud se utilizan en el

Uruguay, que es uno de los países con más cáncer

en el mundo.

Impunemente, la Volkswagen y la Ford producen y venden,

en América Latina, automóviles que carecen de filtros obligatorios

en Alemania y en los Estados Unidos.

Impunemente, la Bayer y la Dow Chemical producen y venden, en América Latina, fertilizantes y pesticidas prohibidos en Alemania y en los Estados Unidos.

La coartada es perfecta, las empresas dicen: “Respetamos la ley de cada país”, pero

ocurre que la ley de cada país rinde tributo a la ley universal

la ley de la ganancia, que el mundo de nuestro tiempo

ha elevado a la categoría de ley divina y que impunemente reina.

Y esa ley omnipotente, que rige la “lógica económica”

del Banco Mundial, condena a la naturaleza y a

la dignidad humana.

Nada de nuevo. Al cabo de cinco siglos, el

desprecio se ha hecho costumbre. La impunidad

se alimenta de la fatalidad. Nos han entrenado para creer

que la desgracia es cosa del destino, como al tipo aquel

que por obedecer a la ley de la gravedad, se arrojó desde

un décimo piso.
Eduardo Galeano/ Úselo y Tírelo

jueves, junio 01, 2006

EL RINCON DE LAS LETRAS VIVAS

En este espacio les brindaremos distintos textos, poesias, frases de diversos autores que leemos durante el programa.

Eduardo Galeano: Nacido en Montevideo- Uruguay en 1940, es autor de una obra de amplia difusión internacional, en el cual se propone violar alegremente las fronteras de los géneros literarios y asomarse al universo desde el ojo de una cerradura, para relevar la grandeza de lo que parece insiginificante y denunciar la mezquindad de lo que parece grande.

1976, Cárcel de la Libertad: Pájaros prohibidos.


Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso, silvar, sonreir, cantar, caminar rápido ni saludar a otro preso. Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros.

Didasko Pérez, maestro de escuela, torturado y preso por tener "ideas ideológicas", recibe un domingo la visita de su hija Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen a la entrada de la cárcel.

Al domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles no están prohibidos, y el dibujo pasa. Didasko le elogía la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en las copas de los árboles, muchos pequeños círculos entre las ramas:
-¿Son naranjas? ¿Qué frutas son?
La niña le hace callar:
-Ssshhhh.
Y en secreto le explica:
-Bobo. ¿No ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas

Memorias del fuego/ El siglo del viento