miércoles, abril 30, 2008

¿Qué podemos leer?: Sin rumbo.

Sin rumbo.

Autor: Eugenio Cambaceres.
Año: 1885
Editorial: Centro Editor de América Latina, Editorial Abril, Cátedra.

Andrés es un joven miembro de la elite agro exportadora. Lleno de pesimismo y desidia por la vida de la alta burguesía porteña se retira a su estancia, donde seduce violentamente a la hija de un peón y la deja embarazada. Cuando llega el invierno Andrés vuelve a Buenos Aires pero el hastío urbano, el aburrimiento y cierto sentimiento de paternidad lo hacen volver a la estancia. Lo que no sabe es que ya han empezado a moverse los resortes que desencadenarán la tragedia.

Eugenio Cambaceres nació en Buenos Aires en 1843. Cursó estudios en el Colegio Nacional y se graduó de abogado en la Facultad de Derecho. En 1870 es elegido diputado de la legislatura de la provincia de Buenos Aires. Defendió posiciones liberales y anticlericales como el divorcio. En la legislatura presenta un proyecto de separación de la Iglesia y el Estado, que produce escándalo. En 1876 renuncia a su banca de diputado y deja la vida pública. En literatura, se adscribe al naturalismo y sigue los modelos de Émile Zola. Ha dejado cuatro novelas: Pot-pourri (1881), Música sentimental (1884), Sin rumbo (1885) y En la sangre (1887). Sus escenas desgarradas y violentas configuran un singular retrato de la sociedad argentina finisecular, sociedad en rápida transformación donde entran en juego las corrientes inmigratorias, el mestizaje y la conformación de una nueva clase dominante. Muere en 1889.

Sin rumbo es uno de los mejores ejemplos de la novela naturalista argentina del siglo XIX. Cambaceres realiza una detallada descripción de la psicología decadente y hastiada de Andrés, cuyo spleen o aburrimiento vital repercute en su progresiva decadencia física. A su vez la novela ofrece un filoso y casi satírico panorama de la clase alta porteña, mostrando el “lado oculto” de la Generación del 80, realizada justamente por uno de sus propios integrantes. El determinismo biológico y social, las crudas descripciones, el ominoso ambiente de opresión y tensión se entrelazan en una narrativa que combina secuencias casi filosóficas con párrafos dinámicos y llenos de violencia.

Eugenio Cambaceres.

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